SteamOS ya no es “el SO del Deck”. La rama 3.7 ha convertido la distro de Valve (basada en Arch Linux) en una plataforma que sale del Steam Deck y pisa fuerte en otros handhelds x86 con AMD: hay soporte oficial más allá del Deck y un plan explícito para ampliar el ecosistema. Valve lo dice en su propia página de SteamOS —hoy la lista oficial incluye Steam Deck y Lenovo Legion Go S— y su canal de noticias muestra un goteo constante de parches. Mientras Windows promete “ya casi” un modo portátil desde hace años, SteamOS lo ejecuta y lo mejora semana a semana. Web de SteamOS.
¿“Pero Windows es universal”? Sí: universalmente cargado de bloat para un handheld. El contraste se ve clarísimo con SteamOS 3.7: medios generalistas resumieron el salto como una actualización “para todos”, incluyendo portátiles AMD rivales; en la práctica, ya hay handhelds que lo incorporan de fábrica y otros con soporte parcial mediante imágenes de recuperación e instrucciones públicas. Esto no es scene: es Valve empujando un sello “Powered by SteamOS” para terceros. (Resumen en prensa tech)
Rendimiento y batería: el bolsillo vota con horas de juego
Las comparativas que han ido saliendo este año llegan a una conclusión incómoda para Microsoft: en el mismo hardware, SteamOS suele rendir mejor y, sobre todo, dura más. En pruebas del Legion Go S, publicaciones especializadas hablan de mejor eficiencia y sesiones más largas en SteamOS que en Windows 11, especialmente en indies y juegos menos CPU-bound. No es magia, es tu software : menos servicios residentes, control fino de TDP y un shell hecho para jugar, no para telemetrizar.
Mientras tanto, el “modo handheld” de Windows llega con cuentagotas y filtraciones: hay builds que activan un Xbox/Handheld Mode en Windows 11 con tweaks de registro, y previews probándolo en el Ally. ¿Mejor que nada? Sí. ¿Tarde y a trompicones? También.
Compatibilidad: el mito dorado de Windows ya tiene grietas
El argumento de “en Windows todo funciona” se cae cuando Proton (la capa de compatibilidad de Valve/CodeWeavers) convierte, semana tras semana, más títulos en jugables. En 2025, Proton 10 pasó a beta y los patch notes públicos siguen sumando arreglos y “ya funciona” en juegos complicados. La cifra de juegos Verificados/Jugables ya superó los 18.000 a mediados de año y no ha hecho más que crecer desde entonces (sí, son números que cambian a diario, pero sirven para dimensionar). (Dato de verificados/jugables) Y es que en 2025 muchos de los juegos disponibles en Steam(+ de 40k títulos) están para Linux, y los que no, los que están para Windows solo, se pueden instalar en linux a golpe de clic, gracias a Proton.
¿Y el anti-cheat?
EAC y BattlEye funcionan en Linux si el estudio lo activa correctamente. No todo es color de rosa —hay drivers y antichetos con componentes de nivel kernel atados a Windows—, pero el panorama de 2025 es mejor que el de 2021 por kilómetros. Lo que falta ya no es “Linux no puede”, sino voluntad y prioridades de algunos editores.
Experiencia de usuario: bisturí frente a navaja suiza con 20 accesorios que nunca usas
SteamOS te bota directo al Modo Juego con controles nativos para TDP, límites de carga, VRR/FPS y overlays que no se pelean entre sí. La 3.7 metió mejoras tangibles: desde wake via Bluetooth hasta mejores estimaciones de batería y arreglos de sleep que en Windows siguen siendo lotería. Esto no te lo cuenta un PR: está en los changelogs públicos de Valve.
En Windows, el mismo handheld es una casa okupa: servicios en segundo plano, launchers que no hablan mando, configuraciones duplicadas (¿Centro de Xbox o barra de juegos o Armoury Crate o el overlay de Steam?), y una política de parches que te reconfigura energía o GPU cuando menos te conviene. Esa fricción es política de producto, no accidente: Windows prioriza el PC genérico; SteamOS prioriza tu tiempo de juego.
Política y mercado: reducir dependencia del “dueño de la plataforma”
No es solo técnica: es modelo. Valve empuja una plataforma basada en Linux, actualizable sin chantaje, que no te cobra en telemetría ni te fuerza tiendas; fabricantes pueden licenciar “Powered by SteamOS”, competir en precio y no depender del monopolio Windows en el bolsillo del jugador. Esto democratiza el handheld y presiona a Microsoft donde más duele: su control. (El contexto general de la apertura y la 3.7, en The Verge)
Objeciones típicas, respuestas cortas
- “Pero mis juegos de launcher X”: en SteamOS puedes usar Heroic o Lutris para Epic/GOG/Ubi/EA. No es tan plug & play como nativo, pero funciona para mucho catálogo. (Introduce un pelín de complejidad… a cambio de librarte del bloat de Windows).
- “El anti-cheat me corta el multijugador”: depende del estudio. La pelota no está en Linux, está en su priorización.
- “Windows trae por fin modo portátil”: bienvenido sea… cuando llegue para todos y sin hacks. Hoy, SteamOS ya está ahí.
Conclusión, llamamiento a las antorchas desde el cariño
Si en 2025 sigues jugando en handheld con Windows “porque siempre ha sido así”, estás regalando horas de vida de batería y tragando fricción por costumbre. SteamOS es ya el estándar de facto en experiencia y eficiencia: es abierto donde Windows es opaco; específico donde Windows es difuso; y, sobre todo, te devuelve tiempo de juego. Que Redmond espabile. Mientras tanto, la portátil obrera ya eligió bando, y no es el del monopolio.
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